Dejamos atrás una nueva semana de aventuras recorriendo las aguas del Mar Rojo, esta vez con la compañía de nuestros colegas de CASCO ANTIGUO, TDS y viejos amigos de Catalunya.

Han sido unos días y sus noches, llenos de sorpresas que arrancaron adentrándonos en las aguas del Ras Mohammed, donde nos sumergimos en el Kingston acompañados por un tiburón puntas blancas.

El viento se empeñó en ser compañero inseparable de nuestra ruta y nos hizo pasar alguna que otra movida travesía, que no impidió a nuestra tripulación alcanzar el estrecho de Abu Nuhas y Gubal donde nos sumergirnos en sus increíbles pecios. El silencio se apoderó de nuestros buceadores antes de enfrentarse a la inmersión en el Salem Express que se recorre con el respeto que merece un naufragio con centenares de fallecidos cuyos recuerdos nos acompañaron durante las dos incursiones que realizamos al buque.

Como ya viene siendo un clásico en nuestros viajes, la ruta tuvo un feliz encuentro en alta mar con un grupo de delfines, especialmente juguetones, que nos regalaron saltos y acrobacias al compás de las olas mientras les admirábamos haciendo snorkel.

Y el broche de orode nuestro viaje lo ha vuelto a poner una semana más el SS. Thisleghorm, uno de los grandes tesoros del fondo del mar que nos regaló tres buceos de película. Las estrellas, algún planeta y la pericia de nuestros guías permitió recorrer sus estancias completamente solos, adentrándonos en sus compartimentos de carga como si nuestras luces fueran las que iluminaban todo aquel material por primera vez. No saludó la gran tortuga que descansa desde hace años en los bajos de una de las dos locomotoras y no faltaron esa increíble especie de nudibranquios de un verde y negro festivo que nosotros solo hemos visto en este mar y en el interior de este pecio. Cada uno se lleva a casa su mejor recuerdo, pero hubo consenso entre nuestros buceadores en esos diez minutos con todas las linternas apagadas en los que nos guiamos por el contorno del buque con el reflejo de la luna. Un recuerdo inolvidable en blanco y negro.

Como todos sabéis el buceo es una práctica que genera complicidades y confianzas, dentro y fuera del agua. Las cosas fueron muy bien allí abajo, porque en superficie, en nuestra Bella 1, el grupo funcionó como una gran familia que disfrutó de lo lindo durante la convivencia. Nos pasó de todo. Risas, historias, batallitas y una inesperada conexión en directo con El Programa de Ana Rosa en Tele 5, en el que dos de nuestros buzos, Dani Montero y Maika Navarro, entraron desde nuestro barco para dar la bienvenida a la periodista en su reincorporación tras unos meses de batalla contra el cáncer.

¡Gracias por vuestra confianza! Amenazan con volver y para nosotros y nuestra tripulación serán un placer volver a recibirles para explorar juntos los tesoros de los fondos del Mar Rojo.

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